El Control de Nosotros Mismos
Los procesos de cambios dan mucho temor en el ser humano porque cree que controla los acontecimientos y peor aún a las personas que los rodean. Justo cuando se da cuenta que no tiene el control de nada de eso, y lo peor, que no tiene el control de sí mismo aparece el punto de inflexión.
Para cada uno ese es el proceso
más difícil, pero como todo cambio profundo y definitivo el darse cuenta es el
paso más importante. Así utilizamos mucho de nuestro tiempo en tratar de
planificar, accionar y medir que todo lo que nos trazamos esté acorde a las expectativas
y no nos damos cuenta que lo único que no consideramos es a nosotros mismos.
Hagan un ejercicio y escriban sus
metas, y expectativas y comprobarán que la gran mayoría de sus metas tienen que
ver con cosas que están fuera de Uds.: cosas materiales, cosas que otros tienen
que hacer y no con cosas de Uds. o para Uds. Si hacen ese ejercicio se darán
cuenta que no están viviendo en función de Uds. mismos, sino en función de los
demás. Para los que los gusta la estadísticas solo saquen un porcentaje de
cuantas de sus metas son externas/internas (fuera o dentro de mí) y también
pueden sacar el porcentaje de cuantas dependen de mí y cuantas no. Se
sorprenderán.
Este ejercicio los ayudará a
ubicarse en donde realmente está su mundo interno y que tanto dependen del
afuera para “ser felices”.
Cambiar a un mundo interno lleva
tiempo y trabajo y en el fondo implica el cambio de esos porcentajes a metas
internas y que dependan de mí. Muchas de ellas tienen que ver con trabajo
emocional que es una de las características más importantes, definitorias de mí
realidad, de mí ser y que solo yo puedo controlar.
En la medida que me interno en
mí, conociendo a ese ser que soy, voy encontrando lo maravilloso y mágico que
realmente es mi mundo interior, voy cambiando la forma de verme y aceptando mis
defectos y mis virtudes.
Va a llegar un punto es que es
más difícil aceptar mis virtudes que mis defectos, ya que le tenemos mucho más
miedo a nuestra luz que a nuestra oscuridad.
Reflexionen en ello, para así
empezar a encontrar un equilibrio en la vida y poder vivir en el mundo, en
armonía y sin perder de vista o sin darle importancia al protagonista de mi
vida: Yo mismo.
Por muchas razones, la vida de
hoy en día nos ha llevado desde el principio a vivir en función de los demás o
del afuera. Eso es muy importante, porque los tiempos de transición que estamos
viviendo nos están obligando de una manera
u otra a replantearnos la forma y entender que si yo no soy protagonista
de mi vida nunca podré ser pleno.
Eso suena egoísta, según los
parámetros que siempre nos enseñaron, sin embargo al plantearme una vida en
plenitud conmigo puedo convivir con los demás en tonos suaves, de amor y paz y
no en tonos de frustración, ira, rabia y dolor por no poder estar satisfechos
con nosotros mismos.
Por eso este tipo de ejercicios
son importantes para comprender donde estoy, en función de que vivo y
amigablemente conmigo cambiarlo hacia lo interno.
Los invito a hacerlo y
plantearnos metas que podamos trabajar en nosotros y que como fin último nos
ayuden a encontrar la plenitud en nuestras vidas.
Rosana Gutiérrez
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