Carta Al Linaje Paterno
Honrar el Linaje masculino para sanarse a uno mismo es una importante parte de la evolución humana. Muchas personas (hombres y mujeres) traen consigo rabia, dolor y miedo ante el masculino y si no lo liberan jamás podrán avanzar con fluidez por la senda de la evolución espiritual.
Dicho dolor, resentimiento es una semilla que crece desde el
niño hasta el adulto y se perpetua a través del tiempo.
Trabajar la sanación ancestral paterna, permite aceptar,
reconocer y regresar a los antepasados aquellos que hemos heredado “quizá sin
mucha conciencia”. Repetimos modelos, hacemos alianzas de menosprecio, menos
valor a lo masculino en la familia y mantenemos enojos, de los cuales vemos las
consecuencias y actuamos en función de un prográmate que hemos sentido o
escuchado.
Un ejemplo concreto es el caso de una mujer de 28 años que,
durante su infancia, adolescencia y juventud, había escuchado frases
programantés como:
“los hombres son un peligro”
“No te fíes de los hombres”
“Los hombres de esta familia no sirven para nada”
En términos de vivencia para esta mujer, se traducía en
emociones, repetición de frases concretas y comportamientos que llevaban
constantemente a la exclusión y rechazo del masculino.
“Los hombres son un peligro” por tanto … papá es un peligro,
mi hermano es un peligro… en el futuro como adulta… repite el esquema “los
hombres son un peligro” .
“No te fíes de los hombres” por tanto … No debo fiarme de
papá, de mis hermanos, de los masculinos que me rodean…
Y así podría seguir con una lista de frases programantes, que
quizá resuenen en ti, en mí y en muchos y muchas. Lo importante es poder
trabajar con ellas, ser conscientes de dónde están dichos programas, de quién
son y para qué los seguimos manteniendo.
Sanar, soltar y permitir fluir nuestra vida,
Ese es el verdadero trabajo de amor.
Por eso te vamos a recomendar que leas esta carta para
activar tu sanación y cerrar cicatrices con tu linaje paterno.
CARTA AL LINAJE PATERNO
Gracias padre te amo, te aprecio, te acepto tal cual eres en
todas las dimensiones espacio tiempo te agradezco por tu presencia y tu luz
fuerza.
Honro mi linaje masculino y te honro a ti papá, por ser el
paciente agricultor de mi alma pues, tras haber sembrado tu semilla, cultivaste
con amor y entrega aún sin poderme sentir dentro de ti.
Recibiste tu cosecha con la más delicada ternura y
construiste un cordón de corazón a corazón, para unirte conmigo en amor.
Te bendigo porque de ti he aprendido cómo protegerme,
proveerme, cuidarme, guiarme. Y, si hubo algunas carencias, sé que fui yo quien
te eligió así para, precisamente, aprender de esa experiencia.
Me responsabilizo de todo aquello que yo acepté e integré en
mí como verdadero. Reconozco que tú cumpliste tu labor de la mejor manera
posible de acuerdo a tus propios recursos y dando cumplimiento al contrato de
alma que ambos acordamos. Me perdono y te perdono por cualquier sufrimiento que
hayamos cocreado y me agradezco y te agradezco las lecciones que de éste
obtuvimos.
Nos liberó de toda historia de dolor, de miedo, de enojo, de
tristeza y su consecuente karma en nuestras vidas.
Sé que me he convertido en quien hoy soy gracias a tu
aportación a mi vida. Todo lo que necesite corregir y mejorar es ya labor mía y
me sé acompañada por ti en cada paso, pues el cordón que entreteje tu corazón
al mío es inquebrantable y siempre palpitante.
Es tu mirada la que me ha enseñado a ser mirada y reconocida
por los hombres. Es tu amor el que me ha mostrado cómo merezco ser amada. Es tu
misericordia la que me ha dado confianza para mostrar mi fuerza. Son tus
caricias las que han dejado memoria en mi piel para sólo permitirse ser tocada
por el otro en total amor y entrega. Asumo mi proceso y la responsabilidad de
sanar con los otros hombres de mi camino todo lo que haya quedado pendiente
contigo.
Te miro, y miro a todos los hombres que te anteceden.
Los honro.
Te miro, y miro tu historia.
La entiendo.
Te miro, y miro los duelos, las heridas.
Las comprendo.
Te miro, y miro las imposibilidades.
Las sano en mi corazón.
Porque cuando te miro, miro lo Masculino en mi, y cuando mi
mirada es en compasión, esta mitad en mi comienza a sanar, y se hace la luz
A partir de hoy confío en poder integrarte en mi: masculino
sagrado, verdadero, auténtico, también amoroso y presente.
Tomado de facebook: Berth Hellinger en español
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