La felicidad como camino
La mente se empeña en que la
felicidad es una meta y que una vez alcanzada nunca la perderemos. Esa es justo
la posición que tiene la mente para manejar el control de nuestra vida.
La felicidad es un camino y no
una meta.
Es tan difícil de creer? Es tan
diferente a lo que has aprendido, a lo que crees? Siempre, desde tiempos
inmemorables no han inculcado la creencia de que la felicidad es el objetivo. Como no llegamos a esa felicidad, empezamos a desmenuzar ese objetivo en muchas
formas de obtenerla o muchas pequeñas cosas que nos hacen felices como bienes
materiales: casas, dinero, carro, etc. y
otras veces cosas como familia, hijos y
otras un poco más intangibles como poder. Empezamos a buscar estrategias para
llegar a esas mini-metas creyendo que cada vez que acumulemos más y más tendremos
más puntos y cuando lleguemos a una puntuación determinada seremos felices. Cada vez que
alcanzamos una mini-meta tenemos un momento de felicidad, pero no podemos
realmente mantenernos en esa energía y empezamos la forma de obtener la siguiente
para volver a sentir la felicidad. Hay
un momento que nos damos cuenta que por mucho puntos que acumulemos nunca somos
realmente felices, siempre estamos buscando la manera de acumular más puntos y
nunca es suficiente.
Ese es el momento más importante...
Donde nos damos cuenta que no hemos alcanzado la felicidad, que dura un momento
y siempre queremos más como un barril sin fondo. Cuando se hace esa reflexión
es que tenemos posibilidad….
Solo veamos una nueva forma, una
forma donde lo que importe es el camino y sólo el camino. Lo que nos hace
fuerte, sabios y maduros son las experiencias que vivimos y específicamente como
las vivimos. Si tomamos la decisión de ver la vida desde el camino, sin presión
por el llegar a ninguna parte, sabiendo el camino es lo que importa podemos
relajarnos y disfrutar. Y entonces encontraremos ese lugar, donde seamos
felices por momentos, y donde la sumatoria sea positiva todos los días.
Autor Desconocido
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