¿Qué Hay Detrás De Las Peleas Por Herencias
Goethe
Unos de los conflictos más desgarradores que existen en la
familia son los que se dan tras la muerte de un ser querido y los bienes
materiales que heredamos de ellos. El meterse en un conflicto por una herencia
impide que se cierre el duelo por la persona fallecida y normalmente se rompen
vínculos importantes dentro de la familia. ¿Por qué ocurren estas peleas? ¿Qué hay
detrás de los conflictos por una herencia familiar?
¿Qué situaciones se presentan ante una herencia?
Esperar la herencia (Padres/Pareja/Familiar): En estos
casos, lo que se está deseando es la muerte del familiar. Estamos como si
fuéramos aves carroñeras sobre ellos. Esto nos resta fuerza y hace que nos
olvidemos de nuestros sueños, porque nuestra atención interna está dirigida a
lo que se va a heredar. Esta actitud conlleva frustración y más adelante, si
heredamos, creemos que tenemos que vigilar lo que heredamos por temor a que nos
lo quiten.
Uno de los herederos quiere quedarse con todo: Suele ocurrir
cuando uno de los hijos ha cuidado más de sus padres y ha sacrificado su vida
por cuidarles. Pueden sentir que es injusto que no les pertenezca toda la
herencia. Por eso, cuando apenas mueren los padres o el familiar suelen querer
apropiarse de sus pertenencias. Empiezan por sus objetos personales y así lo
expanden a todo lo que puedan. Pero en el fondo, lo que están intentando, es
retener a los padres o a la persona fallecida a través de dichos objetos
personales. Esta persona debe comprender que la mayor herencia que puede tener
es el tiempo que compartió con sus padres y que los demás no pudieron o no
quisieron tener. También puede ser el hijo menor el que asume este papel; y la
gran mayoría de las veces es porque ya ha recibido mucho, incluso de sus
hermanos.
Peleas por herencia: Normalmente se da porque ha existido un
hijo favorito y los demás creen que al morir los padres les darán lo que no les
dieron en vida. Sienten que tienen que saldar lo que les deben. En estos casos
se suelen agrupar entre los herederos en contra del favorito del padre o de la
madre. La herencia se convierte en una
maldición que lleva a romper los lazos familiares. Es decir, quita algo en
lugar de darlo.
“A menudo alguien que se peleó por una herencia quiere más a
la herencia que a sus hijos. Todo su cuidado va hacia la herencia y paga por la
herencia con la vida de sus hijos.”
Bert Hellinger
Peleas entre los hijos y uno de los padres o nueva pareja:
Cuando uno de los padres ha fallecido y éste había tenido una nueva pareja,
suele ocurrir que los hijos se colocan en bloque en contra de la herencia de la
pareja del padre fallecido o viceversa. En estos casos, la pelea se suele dar
porque se piensa que el padre o la madre han muerto por la irresponsabilidad de
la pareja, es decir, indirectamente lo ven como el asesino del padre y a través
del juicio por la herencia quieren hacerle pagar.
Peleas entre los hijos del nuevo matrimonio y los de un
matrimonio anterior: Suele ocurrir que la nueva pareja y su progenie quieren
dejar fuera a los hijos de un matrimonio anterior. En estos casos, si esta
mujer y sus hijos se quedan con la herencia, implica un destino trágico para
sus propios hijos.
¿Preguntas que debemos hacernos ante una herencia?
Desde mi punto de vista tenemos que considerar si nos da
fuerza o nos resta la herencia. Realmente vamos a dedicar lo obtenido a un bien
mayor, a cumplir nuestros sueños y a beneficiar a un colectivo. De esta manera
se está honrando la memoria de la persona que nos ha legado la herencia. Si por
el contrario usamos la herencia para vivir cómodos y enterramos nuestros
sueños, la herencia es una carga.
Existen algunas preguntas que debemos hacernos según Bert
Hellinger (2010) ante toda herencia:
¿Sirve a nuestro destino y con la herencia lo servimos? ¿La
herencia se pone en el lugar de este destino y esta vocación?
¿Corresponde esta herencia con nuestro destino personal? ¿Lo
hace más ligero o más exigente?
¿Para nosotros se convierte en una carga o incluso en una
maldición? Sobre todo, si nos arrastra a las consecuencias de una culpa. ¿Si se
ganó a costa de otro, por ejemplo, quizás incluso a costa de su vida? ¿Cómo
tratamos una herencia así?
Según el mismo Hellinger, el camino más fácil es renunciar a
la herencia. Sin embargo, podemos utilizarla para reparar lo ocurrido. Esto
implica cierta renuncia, en este caso la ponemos al servicio de algo más grande,
tiene que bendecir a muchas personas. Pero esto tiene que hacerse no sólo ante
una herencia que no se ha conseguido correctamente, sino ante todo lo material
que heredamos de nuestros seres queridos, percibirlo como un regalo y como una
responsabilidad ante la persona que nos dio el legado. ¿Qué haremos en
beneficio de muchos para honrar a la persona fallecida?
“Ninguna herencia es merecida. En cuanto reconozcamos esto,
quedamos libres de ella. Sobre todo, nos liberamos y quedamos libres para
nuestro futuro… Si sobre una herencia recae una carga, la cedemos mediante una
renuncia. Si sobre ella reposa una bendición, la tomamos como tal. A través de
ella creamos una bendición rica para muchas personas.” Bert Hellinger
Luz Rodríguez
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