¿Qué significa trascender la dualidad?

 


Hace unas semanas compartiendo reflexiones con una amiga, surgió la pregunta si había dualidad en otras dimensiones y como me suele suceder mi respuesta me sorprendió a mi misma. Claro, la mayoría de las veces mis respuestas son canalizadas. Contesté que claro que existe dualidad en todas las dimensiones. Y ella entonces preguntó y entonces cuando salimos de ella y respondí no hay que salir de ella, hay que integrarla.

Esas palabras me han dado muchas vueltas en la cabeza desde entonces y quiero compartir mis reflexiones con los que amablemente me leen.

El trabajo de la dualidad es inherente a la 3ra. Dimensión, esta es la dimensión del positivo, negativo y neutro. Es decir, para pasar del positivo al negativo hay que hacerlo a través de neutro. Y aquí esta la clave, pasar de la 2da. dimensión a la 3ra. dimensión es la inclusión del neutro. Es decir, tenemos que estar en el neutro para trascender la dimensión y subir nuestros niveles vibracionales.

Cuando estamos en la dualidad creemos fielmente que nuestras creencias son la verdad y todo lo demás está equivocado, como si estuviéramos en un lado de una moneda. Como ejemplo podemos poner la ciencia, viendo a la ciencia y la espiritualidad como energías opuestas, ya que la ciencia es completamente racional y la espiritualidad no, lo que están en el lado de la ciencia creen firmemente que esa cara de la moneda es la verdad y lo que está fuera de esa cara no es correcto. Lo que está fuera de esa cara hay que combatirlo y eliminarlo porque no es la verdad. De la misma manera se comportan lo que están de lado de la espiritualidad en la dualidad y permanentemente tratan de demostrar que lo que creen es la verdad.

Cuando trascendemos la dualidad es porque al pasar por el neutro nos colocamos en el canto de la moneda y nos damos cuenta que es la misma energía en 2 versiones y siempre hemos sido y seremos seres que, al ser chispas divinas de Dios, tenemos adentro todas las energías del universo, las de un lado y las del otro.

Transcender la dualidad no es otra cosa más que aceptar que todos estamos integrados por energías de ambos lados que trabajan juntas para apoyarnos en nuestra evolución y vuelta a la Fuente. Explicarlo, como suele suceder, es mucho más fácil que transcenderlo. Esto implica que hay que hacer un trabajo profundo de aceptación de la luz y oscuridad que tenemos dentro y que subir la vibración no es sacar mi oscuridad sino aceptarla como parte de mí.

Si partimos que Dios Padre-Madre, La Fuente, es el todo y cuando digo todo implica que en Él están todas las energías de los universos representadas e integradas, volver a la Fuente no es más que cada una de las chispas divinas, cada uno de nosotros, integre todas las energías subiendo nuestros niveles vibracionales. Experimentamos todas las posibilidades para aceptarlas en nosotros y así subimos cada vez más nuestros niveles de conciencia. Esto se hace a través de reencarnar una y otra vez.

Cuando logramos verlo con esas premisas, podemos empezar a comprender que siempre el objetivo es subir la vibración hasta que podamos volver a fundirnos con La Fuente y que la lección a aprobar en la 3ra. dimensión es trascender la dualidad.

Cuando trascendemos la dualidad y estamos en el neutro comprendemos inmediatamente que todo forma parte y cada uno de las energías que están dentro de nosotros nos ayudan y empujan a evolucionar y empezamos a ver ese opuesto como un “aliado” y muchas veces como la única manera de crecer.

Un ejemplo claro son los enfermos de cáncer cuando se les pregunta sobre su enfermedad y responden que es lo mejor que le has pasado porque aprendieron a valorar lo que realmente es importante en su vida y cambió para mucho mejor. Allí podemos fácilmente ver como la enfermedad, si y solo si se logran las reflexiones correspondientes nos abren un mundo de posibilidades increíbles.

Desde tiempos inmemorables la humanidad ha estado sumida en la dualidad atacando al otro bando hasta tratar de aniquilarlo para estar cómodos en su verdad porque esa es la correcta. Todos hemos estado allí. Hoy vemos por ejemplo como los medios ridiculizan y minimizan a todos los que hablan de una forma diferente o tienen otras ideas. Hoy es realmente muy duro ver como se ha luchado durante siglos por tener una libertad de expresión y claramente cada vez más no coartan hasta lo que decimos y expresamos cerrando las cuentas de las RRSS solo porque no hablamos igual que el guion.

Estar en un estado permanente de alerta a ver que dice el otro para bloquearlo, no oírlo más y lo peor es señalarlo como del otro “bando”, en vez de comprender que todos tenemos una función, somos parte del rompecabezas que llamamos Dios, y que todos aportamos de una forma u otra.

A veces me sorprende que influencers en el tema espiritual emitan opiniones y videos tan sesgados en la dualidad cuando honestamente creen que la han trascendido. Por un lado, dicen que la luz ganó en el planeta, pero por otro dicen que hay que eliminar a lo que han causado en caos en el cual vivimos. Eso es dualidad.

Este es un punto controversial porque si estamos parados en la 3ra. dimensión la humanidad ha aprendido en estos últimos siglos que para mantener el orden y que como colectivo subamos sistemáticamente nuestra vibración hacemos leyes que castigan al que hace daño y no vive en el bien común. Y eso está bien en este nivel porque la mayoría no comprendemos que hay una Ley Universal, de la cual no hay manera de escapar, La Ley de Acción y Reacción. En esta Ley todo siempre va a equilibrio y si una persona, un país, un planeta, una raza hace daño la misma energía de universo y de ellos mismos buscarán experiencias que obliguen a equilíbrala ya sea que la experimenten o la retribuyan.

Las personas en general necesitamos ver que los malos paguen el daño hecho muchas veces por soberbia y otras para cerrar ciclos personales, pero no comprendemos que de la Ley de Acción y Reacción jamás podremos escapar y tarde o tempranos tendremos que compensar de una forma u de otra para equilibrar esa energía, sanar e integrar.

Cuando trascendemos la dualidad comprendemos que el caos no es más que otra energía, muy fuerte y difícil de manejar por demás, que nos apoya y muchas veces nos obliga a trabajarnos lo que no hemos querido ver. El caos es la manera de decirnos que las dinámicas, los modelos, la forma de vivir en la que estábamos ya no nos funciona y no queremos cambiarlas. Así aparece el caos hasta que comprendamos que lo anterior no sirve, se acabó, se destruyó y empecemos a buscar nuevas formas. Como hemos estados muy cómodos en las maneras anteriores y nos dieron resultado, no resistimos a cambiar y el caos nos obliga a cambiarlas. Entonces, ¿el caos es bueno o es malo? Mi respuesta hoy sería que se verá bueno o malo depende en el lado de la moneda que estes, pero si estas en el canto comprenderás que es una energía que viene a apoyar o en muchos casos a obligar a que los cambios necesarios se hagan.

Cuando seamos capaces de ver al otro lado como un “aliado” que está allí para que logremos el objetivo último que es evolucionar y subir nuestros niveles vibracionales habremos trascendido la dualidad. Así seremos capaces de decidir mucho más conscientes desde donde queremos aprender y estará bien esa elección porque ambos lados nos regalan experiencias diferentes desde donde aprender, todas las experiencias son “aliados” y nos dan infinitas opciones para experimentar e integrar.

Rosana Gutiérrez



Comentarios

Entradas populares