¿A Qué Familia De Almas Perteneces?
Deja
simplemente que la vibración de las palabras resuene en tú interior y observa
el movimiento de tu alma mientras lees esto. No te identifiques con la
profesión que has escogido o con la actividad emprendida hasta ahora, sino con
aquello que mueve y conmueve al alma. Formamos parte de una única familia y no
de varias. Según la posición que ocupemos en su seno nos puede parecer que
participamos en todas. No juzgues esta sensación, solo pertenecemos a una,
aunque todas las familias se conocen y se comunican entre sí en el más allá y
también en el más acá a pesar de las personalidades de cada uno. ¡Deja vibrar
tu alma!
FAMILIA DE LOS
MAESTROS
Actualmente
existe en el planeta Tierra una familia que nosotros llamamos la de los
maestros. En su seno residen, entre otros, los Maestros Ascendidos. El objetivo
de la existencia de estas almas es iniciar el movimiento. Cuando se encarnan y
la personalidad asegura la transparencia, se convierten en dirigentes, en
iniciadores de algún movimiento, ya sea en la luz o en las tinieblas. ¿Suscita
eso alguna reacción en ti? El juicio no existe en el más allá. Vuestra alma es
libre en todo momento. A través del filtro terrestre, podéis optar por el amor
y la luz. Tenéis igualmente la posibilidad de uniros al desamor y a la
destrucción; vuestra identidad se pondrá al servicio de vuestra elección. En
ambos casos, os continuara habitando la llama divina. La luz no desaparece
extrañada por la decisión porque como la Fuente, es incondicional. Os
acompañara hasta que transforméis esa elección. Sois libres y en esta libertad
consiste vuestra iniciación. La vibración que lleva consigo las almas que
eligen encarnarse en el seno de esta familia es la de iniciar el movimiento.
Ahora bien, en la densidad de la encarnación tal vez el alma no deje de pedir
“por favor, permíteme iniciar el movimiento” y tope con la resistencia de la
personalidad hasta los cincuenta y cuatro años, y sea entonces cuando suelte
uno amarras y decida responder a la visión interior iniciando un movimiento; la
forma que adopte ese movimiento no tiene ninguna importancia. Todo ello está
exento de juicio. Para estas almas, una de las pruebas de la encarnación es el
ego y las distorsiones posibles de su condición de maestros: la atracción por
el poder, por la manipulación. Porque el maestro es aquel que dirige, que
transmite, que muestra el camino, que debe iniciar el movimiento a partir del
amor y sobre todo de la humildad. El maestro no necesita de ningún título
porque sabe que lo es y por naturaleza, en todas las células de su envoltura
física es maestro no solo con respecto a su vida sino con respecto a todo lo
que toca, lo cual comporta una gran responsabilidad. Algunos pueden vivirlo
como un peso, otros pueden rechazarlo, no respetar esa energía y distorsionarla
con sus actos. A estas almas, la encarnación les exige comprometerse. El alma
sabe a qué familia pertenece, conoce su naturaleza y su identidad. Si la
personalidad decide errar, ¡el alma obligara al compromiso! La fuerza que la
anima en la encarnación puede hacerlo saltar todo por los aires, derrocar todas
las estructuras para favorecer el alineamiento total. La fuerza del maestro se
expresa tanto en el hacer como en el no hacer. Si se mantiene en su centro, si
conserva la serenidad, su impacto es mucho mayor, ya que la fuerza vibratoria
que había en su alma es tal que bastaría con que pronunciara una sola palabra
en toda su vida, en el momento adecuado, para cumplir su misión. Así es el
maestro, el que inicia el camino.
LA FAMILIA DE
LOS SANADORES
Existe una gran
e importante familia que engloba a muchas almas. Cuenta con muchos núcleos y se
ha escindido para formar otras familias. Se trata de la familia de los
sanadores. Las almas que la componen transmiten el fluido de la sanación y la
prodigan de todas las maneras posibles. Estas almas han recibido muchas
iniciaciones en sus manos, su corazón y su conciencia. La energía de la
sanación impregna todas sus células. NO deben buscarla en el vecino ni en
cualquier pócima mágica, pues vive en su interior. Algunas técnicas la
amplifican, y las iniciaciones recibidas aumentan la expansión y la transmisión
de ese fluido. Los miembros de esta familia no solo lo contienen, sino que
también lo canalizan y lo esparcen. Este fluido es operativo, aunque no hagan
nada; ahora bien, este don se intensifica cuando se es consciente de él. ¡Es
urgente, pues, que las almas que forman parte de esta familia abran los ojos a
esa realidad! En ocasiones, los sanadores que se acercan a nosotros con las
manos en los bolsillos obtienen respuestas algo irónicas a sus preguntas.
¡Menudos sanadores, con las manos en los bolsillos! ¡Que despilfarro! Cuando
estas almas colocan descuidadamente la mano sobre un amigo o una planta, por
ejemplo, el fluido de la sanación circula y surte efecto. Ya podrían argüir
todas las razones del mundo para bloquearlo que, a pesar de todo, activarían la
sanación. Es muy fácil reconocer a sus componentes, porque todos se resisten a
la sanación. Corre por sus venas, pero su mayor dificultad consiste en
reconocerla; creen que deberían buscarla en el exterior y les parece que el
otro es mucho mejor sanador que ellos. Una de las pruebas que acechan a las
almas encarnadas de esta familia es el ego, el ego inflado o desinflado del
sanador. O se subestiman o se sobrestiman. El fluido de la sanación es muy
potente y esto puede constituir un riesgo. Gracias a este fluido, sus almas
vibran y son muy poderosas, y a la personalidad le resulta fácil aprovecharse
de ello. No obstante, no son víctimas de nada ni de nadie, pues esto forma
parte de su aprendizaje en la encarnación. Estas almas no solo sanan a los
seres humanos, sino también a las plantas, los animales, los objetos que
suponéis inanimados. ¡Sanan todo lo que tocan! Son las depositarias del fluido
de la sanación. Muchos sanadores padecen enfermedades por el hecho de no
reconocer este fluido. ¡En casa del herrero, cuchara de palo! Es necesario que
estas almas reconozcan y asuman su realidad, porque cuanto más soslayen esta
cuestión, más enfermedades tenderán a generar. Resistirse a este fluido provoca
bloqueos que en la encarnación se manifiestan en forma de desequilibrios
físicos. ¿Por qué es tan importante esta familia? Se ve que muchas de las
chispas divinas que nacen de la Fuente y revisten la identidad del alma se dirigen
hacia la familia de los sanadores y que muchas almas de esta familia han
elegido encarnarse en este nuevo milenio. ¿Por qué motivo? Fácil de adivinar,
¿verdad? ¿No será que el planeta necesita ayuda?
LA FAMILIA DE
LOS GUERREROS SANADORES
Estas almas,
como todas las demás, han nacido de la Fuente. Escogieron la familia de los
sanadores y, cuando se produjo una escisión en el seno de esta familia, su
identidad se sintió intensamente llamada a reagruparse con otras almas para
crear una familia responsable de la protección del fluido de la sanación del
universo de las almas y en el resto de los universos planetarios. Se
convirtieron así en guerreros sanadores y fortalecieron su identidad. Se
encargan, en cierta medida, del alineamiento de la sanación allí donde estén,
ya sea en el universo de las almas o en el de la Tierra, Mercurio o Arturo. Ahí
donde se encarnan alinean el fluido de la sanación, lo protegen y lo defienden
de cualquier ataque de energía incompatible. Actúan allí donde ese fluido no puede
penetrar. Tienen un gran sentido de la responsabilidad y es preciso que vayan
con cuidado porque suelen acumular mucho peso en sus hombros y pueden caer
fácilmente en la tentación de salvar a todo el mundo. Esta es una de las
pruebas de su encarnación. Necesitan buenas bases y son capaces de
materializarlas. Utilizan símbolos específicos, anillos o collares con un
significado determinado, por ejemplo. Se rigen por un código común y les
disgusta llevar tatuajes. Son muy sólidas porque han recibido una iniciación de
la familia de los guerreros con la finalidad de reforzar su condición de
guerreros, de guerreros al servicio de la sanación. Los guerreros sanadores son
los protectores del fluido de la sanación en el universo. Están presentes y
actúan ahí donde se distorsiona la utilización de este fluido, ya sea en el más
allá o en el más acá. Estas almas velan por que el fluido sea canalizado en su
máxima pureza: la energía del amor.
LA FAMILIA DE
LOS CHAMANES
De la familia
de los guerreros surge también la de los chamanes, que está todavía en fase de
evolución; no está estabilizada del todo porque aún existe la posibilidad de
una nueva división. Estas almas han decidió entre otras cosas, acompañar al
fluido del chamanismo en el planeta Tierra. Se dedican continuamente a
equilibrar los fluidos del planeta con los fluidos interplanetarios. No se
encarnan necesaria y exclusivamente en el pueblo amerindio: el chaman puede ser
ruso o yugoslavo o chino. En el más allá los credos brillan por su ausencia. El
chaman es la vibración propia del alma, y su misión es ayudar a que el planeta
y todos sus elementos sanen y alineen sus vibraciones. Estas almas son
transmisoras del fluido de la transformación. Son capaces de transformar la
envoltura física, de trasmutar los órganos internos y sus cristalizaciones o
las plantas para extraer sus propiedades, siempre al servicio del fluido de la
sanación. Como su familia de origen es la de los guerreros es normal que
incorporen este fluido y hagan uso de él para transformar y transmutar la
energía del planeta. Las almas de esta familia son numerosas y pueden
reconocerse y conversar telepáticamente entre sí. Necesitan enraizarse en
lugares precisos para activar desde ahí, la sanación en el planeta Tierra. Si
supieran utilizar plenamente la identidad de su alma, prescindiendo de todo
juicio, podrían desplazarse a través del tiempo y el espacio con el cuerpo
físico...
LA FAMILIA DE
LOS GUERREROS
Esta familia no
es originaria de la de los sanadores. La esencia propia del guerrero es
proteger, aunque eso no quiere decir que el alma se encarne con una armadura.
Los guerreros son los protectores de la energía: la energía luminosa o de la
energía oscura. Para estas almas no existen las medias tintas. Si así lo
deciden protegerán la vibración de la luz, la vibración del alma. Quizá notéis
que, en el curso de su encarnación y de su aprendizaje terrestre, tienden a
ejercer el rol de salvadores. Ahora bien, cuando el alma del guerrero se
reconoce más allá de la tercera dimensión, actúa sin pretender salvar el mundo
entero. Estas almas necesitan encarnarse, en el plano terrestre o en otros. Se
sienten impulsadas a sembrar la compasión a través de la densidad del planeta
escogido. La misión de esta familia consiste en defender, trabajar, actuar para
frenar la oscuridad y proteger el universo de las almas. Esta acción es magnífica,
de una entrega y un amor total y enraizado. Muchas de las almas de esta
familia, olvidando su origen celeste, se convierten en “guardaespaldas”, llevan
armas y se pierden en la segunda dimensión. Es fácil distinguir a los guerreros
porque no son muy sociables. Acostumbran a ser más bien huraños y a encerrarse
en su coraza, pero siempre están dispuestos a defender o a salvar. Encontrareis
a muchas almas de esta familia practicando artes marciales, porque estas artes
están basadas en la energía guerrera característica de su familia. No obstante,
tienen un gran corazón. Por eso, para los miembros de esta familia, la
encarnación es un periodo delicado y una gran prueba. Aunque percibáis que a la
personalidad de estos le ha faltado tiempo para acorazarse, rebosan amor. Deben
aprender a conservar esta energía de amor, aunque sean guerreros, defensores,
protectores, guardianes del umbral.
LA FAMILIA DE
LAS HADAS ALQUIMISTAS
En el universo
de las almas existe una familia especial: la de las hadas alquimistas. Estas
almas se encarnan en el planeta Tierra para espiritualizar la materia. Algunas de
ellas están muy cerca de los Ángeles porque, aunque pertenezcan al núcleo de su
familia, no son muy densas. Al contrario, son bastante ligeras y se pasan la
vida revoloteando como las mariposas. Les cuesta mucho integrar su envoltura
física y suelen resistirse a la encarnación. En el ámbito de la experiencia
física gozan del don de desmaterializar todo lo que tocan. Podrían atravesar
las paredes con la envoltura física lo cual explica sus problemas con las
llaves o los picaportes de las puertas, ya que olvidan que no las necesitan.
Espiritualizan todo lo que tocan y elevan automáticamente su vibración. Ante
una densidad, actúan mediante la difusión de ondas que emanan de su cuerpo, y
esto nada más encarnarse, desde la más temprana infancia. Estas almas dan la
impresión de estar en la luna, como ausentes, igual que la imagen que tenemos
de las hadas. Han elegido encarnarse no porque les guste la densidad, en
absoluto. Han venido porque su presencia contribuye a transmutar la materia.
Podríamos decir que son auténticos transformadores vivientes. Su capacidad de
volatilizar cantidad de cosas sin siquiera darse cuenta de ello hace que tengan
la sensación de perderlo todo. Estamos bromeando, pero este ejemplo, aunque
exagerado, se aproxima bastante a su realidad. Les parece estar arraigadas
cuando, de hecho, están volando y les cuesta delimitar lo que va arriba y lo
que va abajo. Su principal dificultad, al encarnarse, reside precisamente en
eso, en encarnarse. Si consiguen conocerse mejor y saber quiénes son, pueden
aplicar su poder y utilizarlo en la sanación, en la comunicación, en todos los
oficios y profesiones del mundo. Pueden transmutar todo lo que está a su
alrededor, lo cual significa enfocarse en un estado vibratorio y activarlo de
tal manera que pierda su identidad para fundirse con el principio divino. El
amor es la clave definida de la transmutación. ¿Por qué motivo están presenten
aquí estas almas en este cambio de milenio? Porque son las encargadas de
transmitirnos la siguiente enseñanza telepática verbal y oralmente:
“¡Despertad, queridas almas, pues podéis espiritualizar la materia ¡” Esta es
la razón de su existencia y esta es su identidad real.
LA FAMILIA DE
LA COMUNICACIÓN
Estos
mensajeros se dedican a comunicar y a transmitir el amor de muy diversas
formas: mediante el arte, la canción, la literatura, el teatro…Hay muchos en
este momento en el globo terráqueo. Los hallareis en cualquier ámbito o
profesión, como escritores, poetas, periodistas, músicos, etc. Estas almas se
distinguen entre otras cosas, por el hecho de no estar atadas a lo físico. Esto
no significa que algunas de ellas no se sientan atraídas por los bienes
materiales; ahora bien, la mayoría tienen un solo objetivo: comunicar, hacer
que el mensaje sea accesible como sea: a través del canto, el baile, la
escritura, el arte. Todo sirve para comunicar. Esas almas no destacan por su
enraizamiento, por ello pueden introducirse con facilidad en el mundo de las
drogas. Su ligereza no las ayuda precisamente a encarnarse. Para ellas, lo físico
no tiene ninguna importancia, comparado con el arte de la comunicación y la
expresión artística. Por eso, en el seno de esta familia, hay muchos artistas
que, en el periplo de la encarnación y la personalidad, olvidan que, por encima
de todo, son comunicadores y no necesariamente de la forma que impone la
sociedad.
LA FAMILIA DE
LOS ENSEÑANTES
Estas almas
enseñan todo lo que puede enseñarse, toda suerte de conocimientos y
experiencias. Enseñan el amor, la luz, la perdida de las ilusiones, la escucha,
lo importante que es vivir el ahora… Esta familia consta de dos núcleos, dos
filtros, un equilibrio y dos franjas periféricas; sin embargo, es estable. A la
larga es posible que se escinda y se creen dos familias igualmente estables.
Algunas almas decidirán experimentar esta división para ejercer una acción más
precisa y directa. Las almas de esta familia poseen y transmiten el fluido del
conocimiento, fluido que las identifica plenamente. En su condición de almas
encarnadas, van en pos de la verdad, del conocimiento y su anhelo de
transmisión es grande. Son los guardianes del conocimiento difundido en los
distintos planetas. También se los podría denominar “los guardianes del
umbral”. Esta familia administra el cúmulo de conocimientos de todo el Universo.
Su psique disfruta de la virtud de ir a consultar los archivos akásicos,
auténticos depósitos de la diversidad de conocimientos existentes. En el
planeta Tierra, se presentan como estudiosos de la neurología, la kabalá o
lenguas clásicas como el sánscrito, todo ello con el fin de transmitir toda la
sabiduría que almacenan. Si la transmisión del conocimiento sigue un camino
tortuoso y se distorsiona, puede que esta familia sienta la necesidad de
escindirse y crear otra familia cuya intención sería la de actuar como
guerreros del fluido del conocimiento, en claro paralelo con los guerreros del
fluido de la sanación Estas almas son fáciles de reconocer. Enseñar las colma
de una gran alegría porque esta es su vocación sea cual sea la forma que
adopte. La etiqueta de enseñantes no les hace ninguna falta: lo son por
naturaleza, pues canalizan constantemente el fluido del conocimiento. Cuando
vislumbran la identidad de su alma pueden recibir gran cantidad de
informaciones desconocidas en el planeta Tierra y divulgarlas. No deberían
dudar en canalizar el conocimiento y retransmitirlo. Para ello, basta con que
canalicen el fluido que impregna su alma. En lo físico, estas almas sienten a
veces el impulso de crear centros en determinadas zonas geográficas para impartir
sus enseñanzas. Si ese es el caso, no lo juzguéis y materializadlo.
LA FAMILIA DE
LOS BARQUEROS
Esta familia
proviene de un desprendimiento, de una escisión de la familia de los sanadores,
aunque no se asocie con ella. Se mantiene muy estable, y esta estabilidad es
esencial para la acción. Los barqueros tienen una misión específica: en el más
allá ayudan a las almas en tránsito por los diversos umbrales vibratorios que
deben atravesar. Están muy cerca de los umbrales angélicos y arcangélicos, de
los umbrales de los maestros ascendidos y también de las chispas divina. Aquí
abajo, asisten en los múltiples cambios que se dan en nuestro planeta: el paso
de la infancia a la adolescencia o de un empleo a otro, el cambio de milenio,
el tránsito de la muerte… Facilitan la experiencia del cambio, que es una época
de evolución especial. Las almas que la componen han pasado por un solo umbral
vibratorio. Por eso su identidad no está tan consolidada como la de otras
almas, puesto que deben salvaguardar constantemente la transparencia necesaria
para asumir su función en el más allá, es decir, ayudar a que las almas pasen
de chispa divina a alma y afinen su identidad. Los barqueros también ayudan a
la familia de los chamanes colaborando en el equilibrio de las transformaciones,
de los cambios en el universo de almas y están muy ocupados. Entablan a menudo
comunicación con el más allá y la noche es el momento más propicio para ello.
Durante la encarnación podrían exclamar al levantarse: “¡He trabajado duro esta
noche!” y seria verdad, porque no paran nunca. De ahí la importancia de cuidar
de su envoltura física, porque trabajan día y noche. Sienten con frecuencia la
nostalgia del más allá y algunas, abrumadas por ese sentimiento, se extravían
recurriendo a las drogas y sustancias alucinógenas para contrarrestar esta
nostalgia, pues no saben qué hacer con ella. Otras anhelan morir e incluso
volver al estado de pura chispa divina, porque la identidad vibratoria de su
alma no les interesa demasiado. Bordean el mundo de la no identidad, de la
vacuidad divina, y eso puede mover a confusión, sobre todo para el alma
encarnada. Como son muy fluidas, algunas intentan que su envoltura física se
vuelva pesada, para evitar esa sensación de flotar. Necesitan enraizarse bien
para actualizar al barquero que llevan dentro. Otras, con un cuerpo físico
extremadamente delgado, por no decir casi transparente, deberán persistir en el
enraizamiento a pesar de su débil constitución. Por su identidad vibratoria,
estas almas gozan de una gran cualidad: querer ayudar a las almas en todo
momento y lugar. En cuanto alguien las necesite, que solicite su ayuda y
acudirán sin falta. Las caracteriza una gran disponibilidad, de día y de noche;
se entiende, pues, porque algunas de ella se extravían en el papel de
salvadores. Los barqueros atraen a las almas errantes, que no tienen identidad
o que la han perdido. Esas almas se dirigen a ellos porque los reconocen del más
allá, pues fueron ellos quienes las ayudaron a afinar su identidad vibratoria.
Son barqueros de amor y el amor es lo único que cuenta y los alimenta.
LA FAMILIA DE
LOS INICIADORES DE CONCIENCIA
La acción de
estas almas es fugaz. Llegan para un periodo de breve duración con el fin de
despertar la conciencia en el planeta donde se encarnan. No desencadenan ningún
movimiento que no sirva para concienciarse de algo. Aparecen simplemente para
despertar la conciencia y a menudo lo hacen con una muerte espectacular, para
volver y marcharse otra vez. Están presentes en las catástrofes colectivas, en
lugares donde se producen terremotos, accidentes, huracanes. Inician
movimientos de conciencia mediante su vida y su muerte al partir del planeta.
Forman parte de aquellos episodios trágicos en los que una gran cantidad de
seres son asesinados o torturados y abandonan la Tierra de manera busca y
violenta. Estas almas escogen manifestarse así para despertar la conciencia de
los humanos. Una mente estrecha considerara que esto es una auténtica locura,
¿verdad?. Sin embargo, te exhortamos a acrecentar tu conciencia. Estas almas
vienen para ponerse al servicio de la evolución del planeta.
LA FAMILIA DE
LOS PILARES
Cabe mencionar
a una familia cuyas almas son llamadas pilares. Son pocas las que están
encarnadas actualmente en nuestro planeta y permanecen en comunicación
constante con otros planetas. Su densidad es considerable. Cuando un pilar se
sienta al lado, se advierte su presencia de inmediato. Vienen para enraizar los
planos celestes en la profundidad de la Tierra y recrear las conexiones entre
los lugares sagrados del planeta. Y, aunque la personalidad no lo sepa, el alma
actúa. Actúa donde la materia o el planeta lo requieran. Están muy atareados y
no dejaran de estarlo, porque velan por el equilibrio y la unión, estabilizando
las energías y creando nuevos circuitos energéticos, sobre todo en aquellos
planetas sujetos a cambios decisivos, como el vuestro en este momento. Vayan
donde vayan, enraízan la energía del más allá en el más acá. Son los encargados
de arraigar las vibraciones de la Fuente. Estas almas se encarnan en lugares
estratégicos del planeta con la función de ser pilares. En su domicilio crean,
canalizan y organizan los meridianos interplanetarios. En ocasiones, les cuesta
desplazarse porque deben realizar una acción concreta allí donde han decidido
encarnarse. Ahora bien, son capaces de trasladarse a aquellos lugares que
requieran su presencia y esto puede desconcertar al ego, que quizá no entienda porque,
de repente, el alma presiona para ir a Yucatán o a Tíbet. Una de las
dificultades de su encarnación tiene que ver con la envoltura física. Como su
acción es muy exigente para con su cuerpo, deben cuidarse mucho en términos de
equilibrio alimentario: aporte de minerales, proteínas, vitaminas y
aminoácidos. ¡Es realmente importante! Esta familia posee quince núcleos, lo
cual implica una gran fuerza de mutación y de transmutación. Se parece a un
navío en una fase determinada se producirá una escisión, no ahora sino cuando
llegue el momento. Los pilares se pasean por las familias de almas y vigilan
los movimientos de la energía se comunican continuamente con el universo de las
chispas divinas. “Patrullan” por la periferia del universo de todas las
familias de almas. Por eso dispone de tantos núcleos, para moverse a lo largo y
ancho del Universo. Cuando estas almas eligen la encarnación, precisan de la
densidad física. Con frecuencia sus cuerpos son robustos, ya que necesitan una
fuerza muscular y ósea excepcional, distinta de otras envolturas físicas.
Dependen de lo físico y saben cómo utilizar la materia, como manejarla y
transmutarla. En cierta medida se parecen a los chamanes y también a los
sanadores, pero no lo son. Su voluntad se aplica a sanar los planetas, los
universos interplanetarios e interestelares. Establecen redes gracias a las cuales
pueden circular los rayos y los fluidos, como el de la sanación o el del
conocimiento, y llegar así hasta los planetas y las estrellas. Los pilares
conocen al dedillo el universo de las familias de almas porque son capaces de
recibir sus fluidos y de ayudarlos a descender vibratoriamente, lo cual
facilita su manifestación en la densidad de los planetas. Son los guardianes de
este Universo.
LA FAMILIA DE
LOS MECÁNICOS
Son almas que
vienen a reparar el planeta. Son reparadores, o más bien agentes de sanación
expertos en la mecánica y reparación de determinados circuitos del tejido
planetario. Los acompaña a menudo pilares o chamanes en el seno de su familia
terrenal; pueden que, por ejemplo, los padres sean mecánicos, que unos hijos
sean chamanes y otros pilares y que actúen al unísono. Estas almas se hacen
cargo del medio ambiente, de los elementos contenidos en el subsuelo, el aire o
la atmósfera, de ahí el nombre de “mecánicos” Aunque pueden adoptar una
identidad terrenal muy poco relacionada con eso, es fácil encontrarlos “a ras
del suelo”. Sienten una gran necesidad de ocuparse de la Tierra, por ejemplo,
plantar árboles donde no hay. En el más allá, los mecánicos reparan el campo
energético que lo abarca todo, una especie de velo magnético que forma parte de
los universos conscientes. Las almas de los así llamados mecánicos reparan, si
se rompe, este tejido energético compuesto de diferentes fluidos. Esta familia
solo consta de un núcleo y es muy estable. Suele trabajar en equipo con la de
los chamanes. No tienen por qué asociarse obligatoriamente, pero de todos modos
su acción será complementaria. Hay muchas almas de esta familia encarnadas
ahora en la Tierra. Hallareis a miembros de esta familia en grupos
sensibilizados por la protección del entorno medioambiental, de los acuíferos,
de los bosques. Algunas se dedican a la sanación otras a la comunicación, otras
a escribir, pero todas sienten la necesidad de implicarse para contribuir a la
regeneración del planeta. Para estas almas es clave lo físico, no en el sentido
de acaparar bienes materiales sino de poder vivir en el hábitat del planeta.
Están enamorados de la Tierra. Día y noche reciben informaciones sobre el
planeta en el que habitan y sobre otros planetas habitados por sus hermanos y
hermanas.
Marie Lisa
Labonte
Fuente:
http://www.sintoniadeluz.com/a_que_familia_de_almas_perteneces_2335.htm
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