El Flujo del Corazón
Cada uno de nosotros tiene mucho que aprender en lo
referente a relacionarse con los demás. Debido a que nos conocen muy bien,
nuestras parejas, nuestros hijos y nuestros amigos íntimos son, a menudo,
nuestros maestros con más recursos. A pesar de que esta parece una verdad
evidente en determinados momentos suele resultarnos difícil ser buenos
estudiantes.
Habitualmente nos tratamos con dureza, enjuiciando
constantemente lo que hacemos y lo que decimos, y eso hace que nuestro espíritu
retroceda confuso y temeroso.
Para poder expresar el bien, la verdad y la belleza que
todos llevamos dentro tenemos que acordarnos de comunicarnos con nosotros
mismos con amabilidad. Es muy importante que los susurros de nuestra mente no
se conviertan en puñaladas en nuestro corazón.
Aprendamos a escucharnos a nosotros mismos y así podremos
escuchar profundamente a los demás desde nuestro corazón.
Cuando practicamos el sagrado arte de escuchar, entrelazamos
nuestras Almas y dejamos fluir el Amor... fluye a través de ti... fluye a
través de mi...
Cuando el flujo del corazón esta sólidamente asentado se
experimenta una capacidad completa al Amor.
Cuando bloqueamos el Amor que damos a otra persona y el que
recibimos de ella, nos cortamos a nosotros mismos la energía que estamos
recibiendo de nuestro Yo Divino.
Cuando restauramos la armonía en nosotros y reactivamos
nuestra disposición para transmitir un aprecio incondicional la energía del
amor entra de nuevo en tí desde nuestro más elevado yo y, luego, sale hacia la
otra persona en un estallido de Luz.
Un corazón cerrado no puede dar, no puede recibir, pero un
corazón abierto es un conducto directo para que el Amado ame a través de
nosotros y tener capacidad para amar incluso a la gente "difícil" de
forma impersonal.
Para evitar que los hilos que vamos tejiendo, los hilos del
Alma, se deshilachen, debemos expresar nuestra verdad y resolver los conflictos
dentro de un marco afectivo.
Es fácil hablar de amar y de preocuparse por los demás, pero
no lo es tanto ajustar nuestros actos a las palabras.
Nuestros actos comunican inevitablemente nuestro verdadero
coeficiente de amor. Yo soy capaz de hacerlo de forma mucho más fácil cuando
recuerdo las Cuatro Nobles Verdades.
Podemos encontrar la sabiduría de las cuatro nobles verdades
en muchas culturas, pero la que voy a compartir con vosotros es la de la Gran
Rueda de la Vida, un antiguo símbolo circular que han utilizado culturas
indígenas durante miles de años:
LAS CUATRO NOBLES VERDADES
-DA LA CARA y elige estar presente ante todo lo que te
ofrezca la vida. Sé un buen modelo, practicando lo que predicas.
-PRESTA ATENCIÓN a lo que tiene corazón y sentido para ti y
resuena dentro de tú Alma.
-DI LA VERDAD sin culparte ni juzgarte, sin culpar ni
juzgar. Di lo que sientes y siente lo que dices "habla con la lengua del
espíritu " o " guarda un noble silencio". Cuando tengas una
posición de poder, decide permanecer callado.
-MANTENTE ABIERTO, PERO NO APEGADO AL RESULTADO. Preocúpate
a fondo, desde una posición objetiva. Rompe los viejos patrones de conducta.
Practica el discernimiento.
Recuerda todo debe ser trazado con Amor, puedes elegir...
... hablar la lengua
del espíritu o ...guardar noble silencio.
(El Libro del Alma)
Comentarios
Publicar un comentario