Encontrando sentido


Esa es una frase tranquilizadora y realmente cuando comprendemos esto la vida, con cualquier acontecimiento que nos ocurra, fluye en nosotros y fluimos con ella.

Más allá del encontrar sentido a la vida, que es un concepto muy amplio, los invito a ir poco a poco encontrando los para que de sus acontecimientos. Siempre los eventos más fuertes y dolorosos traen consigo las enseñanzas y saltos cuánticos más profundos en la persona y así también trae los bloqueos más grandes. Entonces suele ser más difícil encontrar esos aprendizajes.

Cuando de corazón realmente creemos que nuestro espíritu es más grande y más sabio que nosotros mismos y que nos guía para nuestro aprendizaje, comprendemos profundamente que sabe lo que hace y es lo mejor para nosotros. Allí empezamos a confiar plenamente en nuestro plan de esta vida y que es plan tiene un sentido. Aquí es importante resaltar que nuestro espíritu tiene como objetivo su evolución y nosotros, en este plano, por regla general no estamos en sintonía y nuestros objetivos difieren de ese fin mayor.

Esto es muy importante, ya que perdemos de vista el objetivo real que gobierna nuestra vida y los acontecimientos que pasan. Así estamos enfocados, por ejemplo, en el dolor de nacer en la pobreza mientras que el espíritu eligió esa circunstancia para aprender a valorar lo simple y sencillo de la vida y el apoyo de la familia.

Para entender esto más claro, siempre uso analogías del colegio.  Nuestro espíritu, comparándolo con las personas que estructuraron el pensum de estudio, tienen como objetivos en 1er grado, entre otros, que aprendamos a restar llevando para poder dividir más adelante y por lo tanto diseña una serie de tareas y aprendizajes que nos llevan después de un tiempo y trabajo a aprenderlo. Pero nosotros como los alumnos no tenemos idea hacia donde esos contenidos diarios nos están llevando solo vamos al colegio todos los días y la maestra nos da una clase diaria. Como alumnos nos cuesta mucho aprender a restar, no entendemos, no nos da la cabeza, nos frustramos, lloramos, es muy difícil o por lo contario fluimos perfectamente con el aprendizaje. No sabemos para que sirve, no sabemos en qué lo vamos a usar y si no lo aprendemos repetimos ya que hay objetivos primarios que si no se aprenden seguimos repitiendo hasta que se completen.

Es igual a este ejemplo, nuestro espíritu tiene objetivos primarios que quiere cumplir para evolucionar y hasta que no los cumpla repetirá de muchas maneras hasta que aprendamos. Y nosotros estamos inmersos en los eventos y las circunstancias y no vemos el para que lo necesitamos y puede llegar a niveles de frustración tan grande que hasta claudicamos.

Este escrito no pretende profundizar en el sentido de la vida de cada uno, lo que pretende es explicar un poco como está diseñado el sistema para que los que quieran puedan dar el permiso de empezar a confiar en que nuestro espíritu tiene un objetivo, un plan y unos eventos diseñados sabiamente para este fin, aunque nosotros estemos frustrados y molestos porque nuestras emociones no nos permitan ver esos objetivos. Muchas veces estos acontecimientos no son los que queremos o esperamos de la vida y por eso claudicamos. Tenemos todo el derecho de no hacer el trabajo, eso es parte de nuestro libre albedrío, pero tenemos que estar conscientes que repetiremos la lección hasta que la integremos.

Empecemos por confiar en una fuerza mucho más grande y más sabia nuestra que está ayudándonos a evolucionar y así poco a poco encontraremos el sentido a lo que nos pasa y estaremos en paz con la vida y con nosotros mismos.

 

Rosana Gutiérrez









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