¿Por Qué Se Castigan Tus Hijos Con Las Adicciones?

Cuando somos niños creamos mecanismos de defensa que nos hacen sobrellevar nuestras emociones de la mejor manera posible, algunas veces estos mecanismos se aprenden por imitación o por lealtad. En otros casos se reprime el sentimiento y se expresa de manera inesperada, y es justamente en donde entra la adicción.

Cuando una pareja empieza a tener problemas puede que uno de los miembros de la pareja se enoja tanto con el otro, que inicia un proceso de desacreditación ante los hijos (“Es un inservible, me engañó, no se encarga de Uds., es un irresponsable, es un bueno para nada, etc.”).

Obviamente esto muestra un profundo resentimiento, es decir que no se ha realizado el duelo correspondiente. Además, tampoco se es capaz de asumir o reconocer la propia responsabilidad. Como dice el dicho “Es mucho más fácil echar balones fuera”. En medio de todo esto son los hijos los perjudicados porque se ven obligados a tomar partido por uno de los padres. Lo que puede implicar la exclusión del otro.

Uno de los padres (principalmente el padre) es sacado de su vida, sean por las razones que sean. Es algo que al hijo le cuesta procesar y se siente impotente ante dicha situación. Aparentemente se hace leal ante el padre presente, pero secretamente origina una lealtad por el padre ausente y un sentimiento de “odio-amor” por el padre con el cual vive (normalmente es la madre porque ellas ganan la patria potestad de los niños en la mayoría de los casos).

Ante esa lealtad secreta con el padre ausente, los hijos pueden buscar llenar ese vacío con las adicciones. Etimológicamente Adicción significa (Acción de Mostrar), quizás lo que quiera mostrar es que se siente culpable porque el padre se fue y por eso se hace daño o bien porque quiere destruir al padre en él. De alguna manera es un deseo de “desaparecer” igual que el padre ausente, está mostrando con la adicción su inmenso dolor que no sabe expresar con palabras.

¿Qué puedes hacer para prevenir la adicción en tus hijos?

Respeta al padre ausente, dejando de hacer juicios de él o de ella (aunque no lo digas tus hijos captan la energía de tu aversión por el otro)

No exigir a tus hijos que elijan entre uno de los padres: Comprender que colocas en un conflicto a tus hijos cuando cargas toda la responsabilidad en su padre o madre, porque ellos también lo aman es también su progenitor. Les duele tener que elegir si ser leal a ti o al ausente.

Agradece al padre ausente el tener a tus hijos: Si es el otro el que decide voluntariamente ausentarse, agradece internamente lo vívido, honra a tus propios padres, busca tu aprendizaje de la experiencia y confía en la vida.

Deja que los niños vayan el tiempo que deseen con su progenitor, sin hacer juicios si están mejor o peor (recuerda su estado emocional depende de la cercanía que tengan con ambos progenitores).

Si tienes un profundo resentimiento por tu ex, busca ayuda para cicatrizar esas heridas tanto por tu bien como por el de tus hijos.

Confía en que tu ex pareja cuidará bien de tus hijos: deja de controlar lo que hace o deja de hacer tu ex pareja con tus hijos. Mírale como adulto

Recuerda que siempre estarás unida a tu ex pareja la veas o no, porque esa relación dejó hermosas consecuencias “los hijos de ambos”.

Evita decir frases como “Gracias a mi Uds. tienen para vivir”, “Haces un sacrificio por ellos”, “Que su padre no se sacrificaría tanto por ellos”, “Su padre no los quiere”, etc. Recuerda que dejas una herida en su alma que los marcará por siempre

 

 

Luz Rodríguez

 


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